Esta semana os traemos más cosas sobre nuestra escuela, concretamente, queremos dedicarle esta semana a una de las alumnas que más tiempo lleva bailando con Paula y Soraya, prácticamente desde que se empezó a construir lo que conocemos como Pauso-K.
Creemos que es importante dedicarle este espacio, porque además de ser una de las mejores bailarinas de la escuela, a hecho de veces de profesora y compite tanto en grupo como en parejas, y ha dedicado muchos años de esfuerzo ha mejorarse a sí misma en el ámbito del baile. Si no lo habéis adivinado ya, hablamos de Sharay Santano.
Para conocer a Sharay más a fondo, hemos querido hacerle unas cuantas preguntas para saber cual ha sido su trayectoria todos estos años, y sobre todo, para que nos cuente como se ve ella en lo que refiere al baile.
¿A qué edad empezaste a bailar? ¿Por qué elegiste el baile como actividad?
S.S.: Empecé a bailar cuando tenía alrededor de diez años. La verdad es que no elegí el baile por nada en concreto, realmente ni siquiera quería ir, fui un poco obligada por mi madre, pero solo me bastó una sola clase para enamorarme de la danza. Ese mismo día descubrí lo que hoy en día es mi pasión, y lo que más feliz me hace. A veces incluso me resulta extraño, que sólo con bailar pueda sentir que estoy en otro mundo. Requiere mucho sacrificio, trabajo y constancia pero siempre termina mereciendo la pena. Es parte de mi forma de vida y de mi felicidad.
¿Qué recuerdas de las primeras clases de baile que diste? ¿Cuáles fueron los primeros estilos que probaste?
S.S.: Empecé bailando jazz con Paula en el colegio de Dumboa. La verdad que recuerdo mucho de los primeros años; los calentamientos, las diagonales, los experimentos que hacía Paula con nosotras... ¡Jajaja! Todos los días nos íbamos a casa habiendo aprendido algo nuevo y habiendo vivido una experiencia diferente. Paula era imprevisible, cualquier día era bueno para probar cosas nuevas. Y también me acuerdo de todas aquellas personas con las que empecé a bailar, y con las que después de tantos años sigo bailando. Formamos una pequeña familia que hoy en día seguimos manteniendo. Es importante tener buenas compañeras y tener personas que entienden y comparten tu estilo de vida. Yo no podría haberme encontrado con mejores.
S.S.: Después de tantos años, me resulta difícil destacar alguna, pero aparte de los Amaias, creo que destacaría la primera vez que nos subimos a un escenario para competir, o cuando bailamos en días como el de los malos tratos, el día del homenaje a Nagore. Son actuaciones especiales, en las que bailas con mucho más sentimiento que nunca, días en los que mediante la música y la danza das apoyo y muestras a todas las personas que te están viendo que te unes a ellas.
¿Cuál crees que es el baile que más te ha marcado?
S.S.: Me acuerdo de muchos bailes, incluso recuerdo algunos de los primeros bailes que hicimos. No sabría decir si alguna coreografía me ha hecho dar un paso hacia adelante, en la danza cada clase tiene que ser un paso hacia adelante, ir creciendo poco a poco, mejorar cada día e intentar superarte siempre.
¿Cuál es tu punto fuerte en el baile? ¿Y tu punto débil?
S.S.: Creo que mi punto fuerte es mi fuerza y mi energía, y como punto débil destacaría mi timidez, que a veces me limita un poco encima del escenario. Aunque poco a poco lo voy superando.
¿Cuál es, o son, los estilos de baile que más te definen ahora mismo, o con los que te encuentras mas agusto?
S.S.: Lo que mejor se me ha dado siempre ha sido el Sexy Style, Wacking... Estilos más femeninos. Ahora que hemos empezado con el Dancehall también es un estilo que me encanta y que cada vez me gusta más. Es imposible no sonreír mientras estas bailando cualquier coreografía de ese estilo. Y he de decir también, que cada vez me gusta más la danza clásica, al fin y al cabo es la base de todos los estilos.
¿Qué crees que te ha aportado ser profesora de baile?
S.S.: Todo lo que me ha aportado ha sido siempre muy positivo. Pienso que es algo muy vocacional, que tienes que estar dispuesta a dar y enseñar lo mejor de ti, y ver lo que disfrutan tus alumnos contigo y las ganas que tienen de aprender de ti, es realmente gratificante.
Ves como evolucionan, como van mejorando, como se esfuerzan ellas mismas en ser mejores... La danza es disciplina, trabajo y responsabilidad y cuando lo van entendiendo el trabajo que realizan es sorprendente. Disfruto mucho dando clase a todo tipo de edades, cada grupo es diferente pero todos te aportan algo, y trabajar con los más pequeños me encanta, porque siempre tienen una bonita sonrisa para regalarte.
Soy muy feliz dando clase, al fin y al cabo tengo la enorme suerte de que mi trabajo, es mi gran pasión.
¿Cuál es tu previsión de futuro referente al baile? ¿Tienes alguna meta? ¿Cuál es tu plan para conseguirla?
S.S.: Si me paro a pensar, creo que no sabría decir si tengo una meta fija. No sé hasta donde quiero llegar, solo sé que quiero llegar lo más alto que pueda, al fin y al cabo cada uno marca sus propios límites. Quiero irme a Madrid y esforzarme al máximo por conseguir mi sueño, como he dicho otras veces siempre me han dicho que sueñe alto y es lo que voy hacer.
Aún así, soy realista y sé que no es un mundo fácil, pero voy a luchar por conseguir lo que he soñado siempre.
Y como última pregunta... ¿Qué ha significado para ti Pauso-K? En definitiva, ¿qué han significado para ti Paula y Soraya?
S.S.: Realmente creo que es la pregunta más complicada, te diría tantas cosas que no sé por donde empezar...
Paula y Soraya para mí siempre han sido mucho más que mi jefas, han sido mis amigas. Siempre me han ayudado, me han apoyado en todo, me han ayudado a creer en mí misma, a hacerme creer que si me lo propongo soy capaz de todo. Me han dado siempre el empujón necesario para ir un paso más allá, y han confiado en mí, a veces incluso han confiado ellas más en mí de lo que podía confiar yo en mí misma. Siempre han dado y han apostado mucho por mí, y yo solo puedo decir de todo corazón que las quiero muchísimo y que les estaré eternamente agradecida. Me siento muy orgullosa de que ellas hayan sido las que me hayan enseñado todo lo que sé, y de que después de más de diez años, sigan formando parte de mi día a día.
Solo queda darle las gracias a Sharay por haber compartido con todos nosotros su experiencia, y esperamos que consiga todo lo que se propone, ¡porque ella puede!
Y de momento, esto es todo.
De mientras... ¡A bailar!